No sé si les ha pasado, que llevan ya semanas o hasta meses con un videojuego, puede ser de cualquier tipo, aunque me ha pasado más con los RPG o de acción-aventura, que llega un amigo, familiar o conocido a verlos jugar y ellos no tienen ni idea de lo que está pasando en pantalla. Sin embargo, nuestros dedos se mueven con habilidad por el control y sabemos exactamente lo que estamos viendo en la pantalla y lo que estamos haciendo con los personajes.

Esto se debe a la curva de aprendizaje que todos debemos recorrer para aprender a jugar. Puede ocurrir en cualquier aspecto de la vida personal y del trabajo, pero me quiero enfocar específicamente a los videojuegos.
La capacidad de aprender un juego nuevo, como todo en la vida, depende de las habilidades de cada persona. No es lo mismo dominar un juego de disparos en primera persona para alguien que los ha jugado siempre, a alguien que es la primera o segunda vez que lo intenta. Sin embargo, por más experto que alguien sea, siempre toma cierto tiempo llegar a moverse como todo un experto.

Los tutoriales, una de las partes que muchos videojugadores llegamos a odiar, tratan de ayudarnos a aprender las mecánicas que quizá no sean tan obvias. No sé si a ustedes también les pasa, pero hay tutoriales que dan tanta información que acabas leyendo sólo por encima porque lo que quieres es empezar a experimentar por tu cuenta. En el excelente juego de Nino Kuni que pasé en el PS3, un RPG con un modo de pelea mezclando turnos y acción, con gráficos como de película de anime, te saturan tanto de información al comienzo del juego que literalmente ponen un mensaje similar a: “Sabemos que es mucha información, pero con el tiempo la irás aprendiendo”. Porque al mismo tiempo de enseñarte el modo de pelea, te enseñan de monstruos, de los elementos, de cómo cambiar de monstruo, el equipo que utilizas y demás cosas que hasta que no las haces por tu cuenta no quedan del todo claras.

Estas guías a veces son necesarias cuando el juego es mucho más complejo que simplemente ir saltando de plataforma en plataforma para llegar a una meta. Algunos juegos prefieren enseñarnos con métodos prácticos en lugar de texto, como en los que al comenzarlo te colocan en un “nivel tutorial”, te enseñan a moverte, a saltar, a atacar para ya después ponerte en el primer nivel del juego.
Yo viví mucho la curva de aprendizaje con los tres juegos de Xenoblade Chronicles (del Nintendo Wii), Xenoblade Chronicles X (del Nintendo Wii U) y el Xenoblade Chronicles 2 (del Nintendo Switch). No es difícil el modo de pelea (mezcla entre turnos y acción) sino que las técnicas más avanzadas de combate, donde se combinan ataques entre los personajes que no controlas directamente, son más complicadas de ejecutar. Aunque no me considero mal videojugador, sí hay veces en las que a pesar de las instrucciones me tardo un poco en entender cómo funcionan algunas mecánicas. En XC2, es posible combinar los combos con diferentes elementos (agua, viento, fuego) de tus personajes para hacer ataques mucho más fuertes, y al principio no entendía bien cómo funcionaban y los hacía aleatoriamente o por casualidad. Después de varias horas de juego en donde presté especial atención en entender cómo funcionaba, aprendí a hacer los combos avanzados y facilitó mucho las batallas contra jefes complicados. Lo interesante fue cuando mi hermano (jugador desde niño al igual que yo) estuvo en la casa viéndome jugar un poco, cuando ya estaba casi por el final de la historia, y me dijo que no entendía nada de lo que estaba pasando, que parecía que yo estuviera moviendo el control o el cursor en menús sin un orden y de pronto aparecían ataques o animaciones en la pantalla. A veces ni siquiera necesitamos ver los indicadores o los menús porque mecanizas los movimientos y los haces sin pensar en ello.

También creo que cuando la curva de aprendizaje es demasiado difícil, hay quienes se rinden y abandonan el juego, especialmente si no son tan fanáticos de esa serie. Un ejemplo claro son los juegos de Dark Souls, que son famosos por su gran dificultad y reto. La curva de aprendizaje en esa serie es tan dura que saca de quicio a quien no está preparado. Esos juegos son excelentes para los jugadores que gustan de los retos y que no se dejan vencer tan fácilmente, donde un pequeño error puede costarte horas de progreso perdido. Dominarlos se vuelve un logro que da mucha satisfacción y yo siempre he admirado quienes logran terminarlos.

Para mí, parte de la aventura en un juego nuevo es dominar esa curva de aprendizaje e ir haciendo técnicas más avanzadas. Eso es aún más divertido cuando puedes compararte con otras personas. Los juegos con modalidad de competencia en línea son un excelente medidor para saber si ya has dominado o no la curva de aprendizaje. Un amigo, que en las reuniones o “Noches gamer” como las llamamos era muy bueno jugando Smash Bros Ultimate de Nintendo Switch, decía que jugando en línea le daban unas palizas usando ataques o combos que no sabía existían. A mí me pasó lo mismo con Mario Kart 8 DX, en el que me considero bueno y, aunque no llegaba en los últimos lugares, me costaba mucho llegar en primer lugar, no sólo por la mala suerte de ítems o errores al conducir, sino porque casi siempre me tocaba competir contra alguien que dominaba las pistas a tal punto que sabía tomar las curvas de la manera más óptima e ir sacando ventaja.

Hay muchos ejemplos más, pero hasta ahí dejaré las comparaciones. Ahora, los invito a que en cada juego estén conscientes sobre esa curva de aprendizaje, preguntándose en qué tipo de juegos (carreras, peleas, RPG, acción, plataformas, estrategia de tiempo real, etc.) tienen mayor facilidad para dominarla, y en cuales les cuesta trabajo en llegar a ser un “jugador experto”. ¿Ponen el mismo empeño en los tipos de juego que son sus favoritos? O pierden la paciencia en los que no son de su interés y deciden abandonarlos.
No duden en escribirme si tienen alguna duda o comentario adicional a: jessav@mail.com.